VISIÓN AMÉRICA LATINA

Construyendo los cimientos intelectuales para la futura civilización cristiana.

El Reino crece a «Fuego Lento»

Ante el evidente avance del humanismo en toda área, el cristiano suele tomar 2 caminos, el primero es el de tomarlo como parte del desarrollo natural de la historia de acuerdo con cierta interpretación de la Escritura, donde lo que queda es simplemente caminar en el “acotamiento” de la vida esperando solamente no ser arrollado por el humanismo mientras llega el “aventón” que nos llevará a nuestro destino final. Otros optan por “hacer algo” al respecto, esto quiere decir involucrarse en las áreas que requieren cambio, minar las instituciones con cristianos dedicados a Dios, de alguna manera influenciar la cultura con la Escritura.

Definitivamente si no eres un cristiano que busque el escape, la segunda opción parece la respuesta; sin embargo, hay aspectos que considerar.

Primeramente, entender qué es el Reino de Dios. El Reino de Dios es el gobierno, la cultura de Dios, incluso podríamos entenderlo como el orden social de Dios, y este orden o gobierno afecta toda área de la vida. Es común reducirlo a la Iglesia solamente o peor aún a nuestro necio corazón, pero hablar del Reino de Dios es hablar de su soberanía (Salmo 24:1).

Segundo, es importante entender como es el avance de este Reino, según el primer camino que toma el cristiano “escapista”, el Reino es establecido de manera inmediata, no presupone ningún trabajo para su establecimiento, sino que Jesús corrige todas las cosas de a una. En el segundo camino, se entiende un trabajo previo donde el cristiano se prepara para influenciar las áreas que podrán traer un cambio a la sociedad, hablemos de la política, las artes, la economía, etcétera.

Quisiera hablar un poco sobre este segundo camino.

Hay ciertos aspectos que se descuidan o no se toman en cuenta, el primero es que si no se hace a “la manera de Dios” no podemos esperar fruto duradero, con esto no quiero decir que tal vez no hay fruto, sin embargo, este dudosamente perdurará, porque “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.” Salmo 127:1

El avance del Reino de Dios depende de si hacemos las cosas a “Su manera”, no olvidando que es a Su tiempo también, Dios quiere que Su Ciudad sea reedificada con cimientos fuertes y perdurables.

Es por esto por lo que no debemos olvidar que el crecimiento del Reino es lento.

“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.” Marcos 4:26–29.

Muchas veces el problema es que no tomamos en cuenta este aspecto importante sobre el crecimiento del Reino, nos sentimos tan oprimidos por las leyes y por los gobiernos que llegamos a perder el enfoque, primeramente, de que Dios está en control y segundo de que el avance es lento pero seguro.

El sentirnos tan abrumados por el presente nos hace perder a veces la confianza en el Señor y nos pone en la trágica posición de querer hacer las cosas a “nuestra manera” tratando de resolver las cosas que están fuera de nuestro alcance descuidando lo que tenemos enfrente. Por ejemplo, nos dedicamos a influenciar al mayor numero de personas pensando que el orden de Dios es de arriba hacía abajo, nos dedicamos a preparar gente que pueda influenciar toda esfera (política, economía, arte, etc.) y en sí, esto no tiene nada de malo, si es que no estamos depositando en esto nuestra esperanza para traer justicia y paz a la tierra. Es preciso que tengamos cristianos preparados en toda área de la vida, sin embargo, como mencioné, nuestra esperanza no está en que individuos en posiciones estratégicas traigan las bendiciones de Dios. Debemos recordar que los comienzos rápidos normalmente son comienzos falsos y no perdurables.

Es por esto por lo que hay un tercer camino, el de la Reconstrucción Cristiana, en este camino el cristiano reconoce que el orden de Dios es comenzando desde abajo hacia arriba, siendo el primer peldaño el autogobierno del hombre, reconociendo también que el crecimiento del Reino es lento pero imparable.

El modo de Dios es usando lo débil de este mundo, lo no tan visible para confundir a los poderosos, para traer cambios verdaderos y perdurables.

“sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” 1 Co 1:27–29.

La Reconstrucción Cristiana es lenta y práctica, no está limitada a las áreas “santas” sino que reconoce que todo trabajo es santo para el Señor y útil para el avance de Su Reino.

Hace no mucho platicando con un amigo me comentaba la necesidad de aplicar nuestra fe al cuidado o a la ayuda de los necesitados en los hospitales, su sentimiento es genuino, sin embargo, la perspectiva es angosta con respecto al Reino de Dios, y esta es la perspectiva de la mayoría de los cristianos; aquí llegamos a la conclusión de que la caridad es el tema principal del Reino, sin duda es importante, pero hay otras áreas que deben reconstruirse también. Es por eso por lo que el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia este compuesto de diferentes miembros con diferentes funciones, algunos dedicando sus recursos a obras de caridad, otros a la salud, otros a la educación, otros al trabajo intelectual, de tal manera que todo es necesario y vital dentro del orden de Dios.

Reconstruimos resolviendo las cosas que están a nuestro alcance, es por eso por lo que mencioné que equivocadamente tratamos de resolver primero lo que no está a nuestro alcance olvidando lo que tenemos enfrente.

“sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.” 1 Samuel 17:47.

Las esferas de influencia son importantes, sin embargo, el atender las cosas a la mano tiene un mayor peso en el avance del Reino, la batalla se pelea en el día a día y en cada esfera de influencia de cada individuo.

“La batalla es mas que política o legal: es teológica.” 1

Es teológica porque es en base al reconocimiento de quien es el soberano, Dios o el hombre, es una cuestión que hace eco al Salmo 24:1 ¿quién es el dueño de la tierra y los que en ella habitan? ¿Bajo la sombra de que autoridad vivimos y nos movemos?

Entonces el ocuparnos de las áreas más “santas” presupone que las demás están a cargo de alguien mas o por lo menos presuponen una visión reduccionista del Reino de Dios.

La educación por ejemplo es reconstruccionista de fondo, porque no pretende cambios rápidos; hablo no solo en referencia a la educación cristiana, sino que la humanista tiene este carácter también. Desde el tiempo de Porfirio Díaz, el modelo educativo era para él y sus “Científicos” el camino para traer el orden positivista a México.

“Las ideas educativas durante el gobierno de Díaz estaban permeadas de un pensamiento de avanzada, pero hay que tomar en cuenta que estas son producto de intelectuales como Gabino Barreda o Justo Sierra, quienes desde el gobierno de Juárez estaban planteando estos proyectos a los que afortunadamente pudieron dar continuidad en el porfiriato.” 2

En esto vemos un orden contrario a Dios que al parecer entiende mejor que los mismos cristianos que el avance de un orden o gobierno, primeramente, no se da de manera “express” y segundo que se trabaja desde toda área de la vida, entienden que toda esfera es importante. No solo se ocupan de la asistencia social, sino que el área intelectual es importante, pero no olvidemos que “en vano edifican” (Salmo 127:1)

Por otro lado, es preciso no caer en el error de querer “bautizar” un sistema que es hostil a Dios, de caer en la trampa de preparar a nuestros hijos para hacerlos sacerdotes humanistas con tintes piadosos, esto con la mentalidad de que el mal aparentemente está avanzando rápidamente, así que tenemos que hacer algo drástico para evitarlo. Si bien es necesario el cambio en un mundo caído, el aspecto importante es el principio detrás de el cambio, esto es lo que determinará si es perdurable o no. No es tratar de cambiar algo agregándole tintes de Ley de Dios, sino es abolir y reconstruir desde las ruinas con la Palabra -Ley de Dios como el fundamento. La frase “Imperium in Imperio” es básica para el entendimiento del cristiano que pretende reconstruir en base al orden de Dios, de abajo hacia arriba, un imperio creciendo dentro de otro imperio. En su forma práctica es por medio de la educación cristiana independiente y privada, cortes judiciales dentro de la iglesia, el libre mercado, caridad descentralizada enfocada en la ayuda al prójimo.

Pero para que avance todo orden social es necesario el financiamiento, que son los diezmos (el diezmo levítico, de regocijo y el de los pobres); estos permiten descentralizar las instituciones y financiar de manera adecuada las cortes judiciales y las instituciones que trabajan para el avance del Reino de Dios, así como proveer el cuidado de los necesitados. Así que, con una visión reduccionista del Reino, con una perspectiva escapista, con entendimiento pobre o nulo sobre los diezmos y el abandono de la ley de Dios estamos muy lejos de alcanzar las bendiciones que Dios tiene preparadas para la sociedad y para la creación.

Mi interés con este escrito es el de ayudar al cristiano a no idealizar el futuro aún con ideas bíblicas sin primero ocuparnos de lo que Dios ha puesto frente a nuestras manos, de ocuparnos primero de nuestro pedazo de Edén antes de querer influenciar áreas más grandes que aún no tienen fundamentos sólidos con la certeza y la fe de que Dios es quien va delante de nosotros.

Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. Vino palabra de Jehová a mí, diciendo: Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.  Zacarías 4:6-10

  1. Chalcedon Report No. 159 “We are at War”
  2. “La Educación durante el porfiriato” Rosy Arango

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