VISIÓN AMÉRICA LATINA

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Restaurale Gentilmente V

Queremos restaurar a nuestro hermano. Hemos determinado que la ofensa es demasiada seria para pasarla por alto. Hemos hablado en privado y no nos escuchó, entonces fuimos con un testigo/mediador siempre con el mismo propósito de restaurar al hermano.

Y si no hay respuesta todavía, ¿qué hacemos? ¿No mejor dejar el asunto dormir y sobre tiempo va olvidándose? ¿No mejor empezar de nuevo sin mencionar los asuntos que pueden causar más dolor? Es cierto que la reconciliación toma tiempo pero ¿cuándo haya producido esta táctica una reconciliación real? Aun con mucho tiempo, ¿no queda desconfianzas, dudas y amarguras?

El patrón para la reconciliación es lo que hizo Cristo en la cruz. Es una reconciliación total, todos juntos en la presencia de Dios, y no por haber dejado pasar suficiente tiempo para olvidarse de nuestro pecado. Si Dios no recuerda nuestras transgresiones es solamente porque Cristo pagó todo con su vida de una vez en la cruz.

Entonces, ¿qué hacemos? Mateo 18:17, “Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia.” Hermanos y hermanas, por favor, esto no significa anunciar a toda la iglesia el problema durante el tiempo de testimonios en el culto de domingo ni es hacer chismes. Es hablar a los ancianos, es decir el liderazgo de la iglesia. La norma es mantener el círculo de personas involucradas en el asunto lo más mínimo posible. Los líderes son responsables para la disciplina en la iglesia para proteger al prado. La disciplina en la iglesia es el plan de Dios para rescatar la oveja perdida.

Si no hay respuesta a los esfuerzos de los ancianos para restaurarlo, ellos tienen el derecho y la responsabilidad de determinar si es necesario tratarlo como un inconverso. Un inconverso no puede ser parte de la iglesia, pero, ¿cómo trató Jesús a los inconversos? Con amor, predicando el evangelio, ofreciendo el perdón.

Lo que siempre esperamos es poder restaurar el arrepentido. Pedro captó la idea cuando preguntó al Señor, “¿Cuántas veces pecará mi hermano contra mi que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús contesto, “Hasta setenta veces siete.”

Adaptado de El Pacificador, una guia bíblica a la solución de conflictos personales, Ken Sande,
(RDM, 1ª edición, 2000 1ª impresión en español).

 

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